Panamá es anfitrión de la VII Semana de la Energía, el evento anual convocado por la Organización Latinoamericana de Energía (Olade) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
En la sesión plenaria de la primera jornada, Marcelino Madrigal, jefe de la División de Energía del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) repasó que, en los últimos seis años, el banco ha puesto 26.000 millones de dólares en financiamiento climático.
Este financiamiento, que va tendiente a reducir las emisiones y a brindar apoyo para enfrentar los impactos del cambio climático, ya “representa el 60% de todo el financiamiento multilateral”, indicó Marcelino Madrigal.
En la región Latinoamericana, buena parte de los fondos estaría destinada a proyectos energéticos sostenibles. Según precisó Madrigal, desde la División de Energía del BID ya destinaron cerca de 5 billones de dólares en la región, del cual el 62% es financiamiento para descarbonizar el sector eléctrico.
“Este año estamos cerrando con financiamientos por cerca de un billón de dólares, cuyo porcentaje para descarbonización es un 84%”, reveló.
Y agregó: “Estamos saliendo de la pandemia con una claro reflejo de esa aceleración de la transición energética”.
¿Qué retos se mantienen? Desde la perspectiva del referente de Energía del BID, es preciso “modernizar la regulación” para, por ejemplo, hacer subastas de energía. Inclusive consideró que podrían hacerse “a escalas muchísimo menores” para acelerar la transición aún más.
Así mismo, advirtió que, ante nuevos episodios de incertidumbre en los mercados con precios de energía volátiles, resalta el valor de una integración física y comercial en toda la región para compartir recursos y garantizar la seguridad energética.
“Se requiere ahora más innovación y no solo desde la política energética. A la política energética la podemos integrar con la política comercial y la política industrial, para que con esta transición logremos generar empleos y quizás manufactura local”, reflexionó Marcelino Madrigal, jefe de la División de Energía del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Innovación financiera para proyectos de descarbonización
Presente en el mismo bloque de debate, Johanna Gómez, líder de Gestión de Inversiones en Infraestructura y Energía del BID Invest, reparó en que aún se necesitan aproximadamente 34000 millones de dólares de inversión para poder cerrar la brecha que existe en términos de inversiones de energía de aquí al 2040.
Desde la perspectiva de la referente de BID Invest, brazo privado del grupo BID dedicado exclusivamente al financiamiento del sector privado y el sector público no soberano, la innovación urge para viabilizar proyectos tecnológicos sostenibles del parque de generación y almacenamiento.
“Nosotros vemos como tendencia que las energías renovables se seguirán consolidando como la tecnología base para la expansión (…) el tema de baterías, almacenamiento e hidrógeno también están evolucionando de una manera muy rápida y nosotros sí lo vemos como un respaldo muy importante para generación como eólica y solar”, introdujo la líder de Gestión de Inversiones en Infraestructura y Energía del BID Invest.
Para bancar financieramente ese tipo de proyectos es que el banco explora alternativas de financiamiento a medida que puedan ser viabilizadas rápidamente además de fortalecer sus productos como mesanine, prestamo senior, deuda subordinada, equity, entre otros.
“Necesitamos tener también estructuras que tengan financiamientos tipo Blended, que sean blandos o que estén asociados con ciertos indicadores, por ejemplo, a ahorros de gases de efecto invernadero”.
Ahora bien, observó que para que eso suceda también entidades como las multilaterales deberán estar dispuestos a dar garantías de primera pérdida, ante estructuras que sean novedosas y próximas innovaciones tecnológicas.
“La innovación financiera de estructuras es realmente clave para poder acompañar la descarbonización o la acelerada descarbonización que necesitamos”, concluyó.
Caso de éxito
Desde BID Invest ya tienen experiencias apoyando con innovación financiera a proyectos de descarbonización. Tal es el caso de un instrumento financiero que se diseñó en el año 2020 junto con Engie Chile, donde se hizo un financiamiento para la ejecución de una de una planta de generación eólica, pero con un tramo asociado al desmantelamiento adelantado de unas plantas de carbón que hacía Engie paralelamente a la construcción del nuevo proyecto.
“Se hizo un tramo de tipo financiamiento Blended, donde básicamente se monetizaron los ahorros de emisiones de gases de efecto invernadero con un sintético de bonos de carbono. De modo que los ahorros reales en gases de efecto invernadero en lo que se traducían era en una disminución de la tasa de interés en cierto tramo. Eso básicamente lo hizo sostenible y dio un retorno del proyecto lo suficientemente atractivo para que Engie pueda desmantelar las plantas”, explicó.
Y subrayó: “queremos replicar este tipo de estructuras, queremos hacer cosas diferentes en la región y no solamente en los grandes países sino también en los países chicos, que realmente necesitan de este tipo de apoyo ”.
FUENTE: www.energiaestrategica.com
