La lista de John Vidal ( Es el gran reinicio verde: 10 cosas que Gran Bretaña puede hacer ahora para salvar el planeta, el 3 de enero ) parece muy alcanzable, pero me gustaría agregar una más para acelerar el cambio: los ingresos climáticos.
Primero, introducir un impuesto al carbono en todas las industrias para fijar el precio de las emisiones en el mercado y cerrar una enorme laguna económica. Al aumentar gradualmente el impuesto, no solo incentivamos menores emisiones por el lado de la oferta, sino que también impulsamos la demanda de alternativas bajas en carbono.
En segundo lugar, redistribuya los ingresos por igual entre todos los ciudadanos. Esto protege a los consumidores más vulnerables, que ya tienen una menor huella de carbono, de la pobreza energética. Las personas más ricas con las mayores huellas de carbono verían aumentar sus costos, pero para la mayoría, los costos serían neutrales.
En tercer lugar, introducir ajustes en las fronteras de carbono. Esta política evitaría que las emisiones se transfieran al exterior, pero también protegería a muchas empresas del Reino Unido, especialmente a nuestra vibrante comunidad de pequeñas empresas, de los competidores en países sin un impuesto al carbono. Esta política ayudaría a impulsar a muchos de los demás en un momento en el que necesitamos una verdadera urgencia.
• Hay una acción adicional que facilitaría mucho el logro de la lista de deseos de John Vidal: iniciar una conversación seria sobre cómo ganamos dinero.
El dinero es probablemente la herramienta más poderosa jamás inventada por los humanos, pero la forma en que damos cuenta de su uso nos está llevando a la destrucción. Al negarnos firmemente a reconocer el costo ambiental de nuestras actividades y al tratar el futuro como menos valioso que el presente, hemos construido un sistema económico complejo cuyo principal incentivo es destruir el mundo viviente.
La antigua forma de hacer las cosas puede haber sido práctica cuando la población humana era pequeña, pero no es apropiada para la población actual y el nivel de desarrollo tecnológico. En lugar de seguir discutiendo sobre cómo deberíamos compartir el dinero (empresas de combustibles fósiles o energías renovables, productores de carne o hortalizas), un restablecimiento profundo de lo que constituye la ganancia nos daría la oportunidad de reformar la economía para que recompense las actividades que nutren a la economía. futuro. Entonces, tal vez la humanidad tenga uno.
John Vidal no menciona una cosa por encima de todas las demás que debe abordarse si realmente queremos salvar el planeta, y es el aumento incesante de la población mundial. Como demuestran muchos artículos académicos, en términos de los pasos que un individuo puede tomar para limitar su contribución al calentamiento global, una limitación voluntaria del tamaño de la familia es, con mucho, la más efectiva.
Estoy de acuerdo con todo lo que propone John Vidal, pero sepan que ni una sola de estas cosas va a pasar con este gobierno en el poder. Al comienzo de la pandemia, yo, como muchos otros, pensé que era hora de repensar cómo vivimos y cómo nuestra sociedad podría cambiar sus prioridades. Qué equivocados estábamos. A la edad de 76 años, no estaré presente para experimentar lo peor de lo que me espera, pero mis nietos ciertamente lo estarán. Por favor, ¿alguien puede decirme cómo puedo recuperar el optimismo o los sentimientos positivos sobre el futuro?
FUENTE: theguardian.com
